El mercurio es una potente neurotóxica que afecta el cerebro y el sistema nervioso. Las mujeres embarazadas y los niños pequeños son los más susceptibles al envenenamiento por mercurio. También puede afectar el desarrollo fetal, causando defectos de nacimiento. El mercurio liberado al ambiente es transportado por el aire o la lluvia y es llevado a nuestros ríos. Las bacterias convierten al mercurio en una forma que es fácilmente absorbida por las plantas y animales microscópicos, los que a su vez sirven de alimento a especies animales de mayor tamaño. Usted puede estar expuesto al mercurio al consumir pescado contaminado por mercurio. Debido a la contaminación por mercurio los niños pequeños y las mujeres que tienen lactantes no deben consumir tiburón, pez espada, macarela, ni pescado blanco de océano.
Si comparamos el consumo de energía de un foco incandescente con el de una lámpara fluorescente, nos daremos cuenta que es del 50% y esto nos reduce los costos de iluminación entre un 30 y un 38 %. Las lámparas fluorescentes duran aproximadamente 10 veces más que los focos convencionales.
Mantenga a su familia, colaboradores y al ambiente, libre de contaminación por mercurio. Las lámparas fluorescentes contienen mercurio, por lo que hay que disponer de ellas correctamente. El Art.31 de la Ley General de Prevención y Gestión Integral de Residuos, nos dice que al desecharse se convierten en residuos peligrosos, sujetos a plan de manejo. El desechar inadecuadamente estas lámparas, provocan un problema de salud y contaminación, ya que las lámparas quebradas, dejan escapar el mercurio que contienen y este es una potente neurotóxica.
SOLIMAR está autorizada por SEMARNAT para recolectar, transportar y acopiar sus lámparas obsoletas. El mercurio se puede recuperar o confinar, en lugar de dejarlo escapar y que provoque contaminación.